Más que Demasiado...

Leí tus cartas por primera vez en bastante tiempo...
Las leí a finales del año que pasó...
Las leí mientras vivía rodeada de luces y gente que estaba terminando su día con su programa favorito de la noche...
En la tranquilidad de ese limbo, abrí tus cartas y me empapé en ellas...
Me empapé en cuyas páginas me recordaban el pasado, esa aventura, esa vida diferente...
Pero la vida, esta vida, es esto: desorden, estruendo, carcajada, absurdo...

Y las he releído en condiciones muy distintas desde ese entonces...
Mientras caminaba por senderos desconocidos,
después de una discusión,
después de conversaciones desmoralizadas, donde se cambia verbalmente el mundo y no ocurre nada,
después de recordarte...

Podía leerlas con tu voz susurrándome al oído, voz que por momentos se convertía en un cálido refugio...
Pero la vida, esta vida es también esto: fantasía, verbo, sueño animado, poesía...

Después de todo este tiempo, me atreví a encarar resueltamente,
con total lucidez ese pasado...
Y someterme a una disección crítica implacable.
Me dije también, de una forma frenética que esas cartas habían perdido su significado con el paso del tiempo...
Y... traté de creer...
Traté de aferrarme a esa pequeña libertad.
Probablemente esta explicación sea cierta.
Tal vez no...
Eso no lo diré.
Pero persigo esta ambición desmesurada, esa voracidad que tengo, para olvidar...
Y volví al mismo lugar donde las ocultaba...
Colchón de mis sueños, guardia nocturno a mis pesadillas...
Volví por ellas solo para sentir esa nostalgia que trae consigo el recordar el pasado...
Volví por esas palabras que se convertían en suaves caricias a una piel agrietada...
Volví por ellas y ya no estaban...
En su lugar, estaba lo que por años fue su hogar...
En su lugar, solo estaba una carpeta vacía...
¿Quién las tomó?
Aún no lo sé...
Hice todo para obtener respuestas y siempre eran las mismas...
"No lo sé", "No se de que hablas", "Eso debiste dejarlo ir hace tiempo"...
Y al fín entendí...
Aún con todo este tiempo seguía doliendo...
Seguía abierta la herida, cubierta por palabras escritas en papel, cubiertas de fantasías...
Bajo esa montaña de tinta yacía abierta la herida...
Y el grito salió desde dentro...
Lo dejé salir por todo ese tiempo que lo mantuve prisionero...

Ahora, de ese tiempo ya no queda nada...
Los lugares a los que solía visitar para decirme que ya estaba superado, los parques y caminos que traían recuerdos, todos esos han cambiado...
Y no hay nada...
Nada a lo que aferrarse para recordar...

PD: Desly no cuenta?

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